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41- Sal
Las grandes cantidades de sal deshidratan al perro o al gato y provocan un desequilibrio de iones de sodio.
Si un animal desarrolla una sed extrema, vomita o se vuelve letárgico después de un consumo considerable de sal, puede indicar un daño renal. Si no se trata, el animal puede sufrir convulsiones o entrar en coma y morir.
Para evitar estas complicaciones, las mascotas deben recibir un tratamiento de líquidos por vía intravenosa.
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